Desde que Bildu y Amaiur están en el poder en el País Vasco ya no se habla más de esa región. Se trata de una Pax romana que viene más del miedo y la indefensión de los ciudadanos que de ninguna buena noticia por su parte. Pero, como lo que no sale en los diarios no existe, mucha gente piensa que todo va bien. Igual ocurre en lugares como Cuba o Venezuela donde simplemente la censura férrea impide que se conozcan las violaciones de los derechos humanos.
No hay noticias, buenas noticias. Es algo que muchas veces no se cumple. Cada día en el mundo decenas de personas son asesinadas por el simple hecho de ser cristianas y nada más. En un país como el nuestro donde se sigue negando el genocidio de los años treinta contra los religiosos, no es de extrañar que esas noticias no vean la luz. Simplemente no interesan, pero existen. No olvidemos nunca a los injustamente olvidados.