Después de su accidente y de los ataques que recibió por parte de la izquierda, que parece que deseaban su muerte. Después de que muchos la apoyáramos y le deseáramos lo mejor, Cristina Cifuentes viene dispuesta a perjudicar a su partido. No niego que ella personalmente pueda tener su opinión sobre el aborto pero nadie le obliga a hacer declaraciones.
Sembrar la discordia dentro del Partido Popular supone echarle un capote a la oposición, ésa que quería verla muerta. Parece que su accidente no le ha ayudado a apreciar mejor la vida humana, desde la concepción a la muerte natural. No creo que sea mucho pedir que al menos no se dedique a obstaculizar la opinión mayoritaria de sus votantes.